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Un viejo avaro y ridículo (Don Jacobo) logró, hace algunos años, ser nombrado tutor de una niña (Dorotea) que quedó huérfana de padrs ricos. Con la intención de quedarse con la dote, la cría entre los muros de su casa y su jardín al cuidado de un aya (Felipa). El apuesto e idealista joven Don Narciso, a través de un ama que fue despedida por don Jacabo, se informa de estos hechos y queda prendado "platónicamente" de Dorotea, a la sazón una muchacha de 16 años descrita entusiásticamente por el ama despedida. Don Narciso se las ingenia, con la colaboración (muy interesada) de Pedro y Felipa, para conocerla en persona pues Pedro ha logrado entrar al servicio de Don Jacobo. Dorotea también se enamora de él (¿platónicamente?) y, entre todos....¿lograrán vencer al viejo? |
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Montada en clave de humor pícaro, esta obra presenta una situación más o menos típica del tiempo en que fue escrita (siglo XVIII) y nos puede hacer reflexionar sobre la condición humana y el avance de nuestra cultura occidental en el tema de la mujer. Nos hemos decantado por respetar al máximo el original como tributo a su autor, el (injustamente) desconocido gaditano Juan Ignacio González del Castillo. Únicamente hemos adaptado al lenguaje de nuestros días aquellos vocablos o expresiones que, de no hacerlo, hubiera supuesto para el público no seguir el desarrollo de la obra o perder parte de ella. En cuanto al decorado, vestuario, luces, sonido, atrezzo, etc., utilizamos los recursos que consideramos mínimos para trasladarnos a la época y procuramos resaltar todos los matices humorísticos que a través de ellos podemos conseguir. |
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